Mis vacaciones por la costa oeste americana

Ya estamos de vuelta. Después de 22 días recorriendo casi 6000 kilómetros por la costa oeste americana, tengo miles de fotos y anécdotas que contar.

Llegamos a Los Ángeles, pero aunque nuestra primera noche la hicimos aquí, el primer destino fue Calico, un pequeño pueblo minero, típicamente americano y dedicado más a los turistas que a otra cosa.

Lo mejor de esta visita fue Peggy Sue´s, un típico restaurante ambientado en los años cincuenta que se encontraba muy cerca de aquí. Una comida estupenda y unos batidos espectaculares. El local nos encantó y no paramos de hacer fotos a todos los rincones.

Después de esta parada nos fuimos a la conocida como la ciudad del pecado, Las Vegas. Una ciudad  repleta de hoteles y lugares para el ocio. Los hoteles son tan increíbles que bien merecen una visita. Una vez dentro de ellos te trasladas a otro mundo en el que priman el juego, el lujo y la diversión, todo es un espectáculo. Nunca había visto tantas tiendas de lujo juntas y esto se repetía en cada hotel.

Aquí pasamos tres entretenidos días en los que además de visitar hoteles y casinos, asistimos a uno de los muchos espectáculos que tiene el Cirque du Soleil en Las Vegas. Es bastante difícil encontrar entradas y mucho más a buen precio pero una vez sales de la actuación piensas que todo ha merecido la pena. Nosotros fuimos a ver Ka y lo recomiendo 100%. Además, ese día estuvimos en la tienda de Sur la table, toda una perdición para mi bolsillo. Tenían de todo y a unos precios que no se pueden comparar con los de España y mucho menos con los de Canarias. Compré infinidad de colorantes, adaptadores, boquillas, cortadores, y un lago etc. Aquí podéis ver mi cara de felicidad. Además, visitamos la tienda de M&M, Coca Cola y otra de chucherías increíbles.

Una noche decidimos cenar en el que probablemente sea uno de los mejores buffets de Las Vegas, su nombre es "The Buffet" y está situado en el hotel Winn. No es muy barato, pero si tenemos en consideración la variedad y calidad de los platos que podías degustar, merece la pena darte el capricho para la cena, eso sí, ese día comimos ligerito para aprovechar. 

Una vez estás dentro te das cuenta de la suntuosidad del lugar. Tienes varios salones donde comer, el primero es una especie de terraza adornada con grandes centros de flores y frutas. Además tiene ambientes más íntimos donde comer como pequeños salones pero nosotros nos decantamos por la suntuosidad del primero.

En cuanto a la comida, la zona en la que se exponía era enorme pero se presentaba en pequeñas bandejas para que la comida tuviera bastante movimiento y no estuviera recalentada. Lo primero que encuentras es la zona de los panes en la que se distribuyen por ingredientes. Pan blanco, integral, de centeno, de cereales, con semillas de amapola, tenían de todo y lo mejor era que estaban recién hechos. Luego pasabas a la zona de embutidos, encurtidos y quesos, para morirse. A continuación estaba la zona de ensaladas, tenían productos frescos y una gran variedad de aderezos para prepararla a tu gusto y tenían otras ya preparadas como la ensalada césar, la waldorf, ensaladas de pasta, de arroz, etc. Adeás encontrabas una zona de consomés y sopas frías servidas en vasitos, en la que podías degustar un gazpacho muy bueno (para ser americano)

Ya pasamos al plato principal y aquí podías elegir entre una gran variedad de tipos de cocina como la mediterránea, la italiana, la asiática, etc. En el apartado de comida italiana destacaban las pastas y sobre todo las pizzas recién hechas. Entre los platos asiáticos que podías probar destacaron el sushi y una gran variedad de woks con verduras, carnes y mariscos. Podías encontrar tapenade, humus, arroces y paellas, carnes, aves y pescados preparados en una infinidad de platos acompañados de salsas, entre los que destacaban las piezas de carne que te preparaban sobre la parrilla, las hamburguesas de carne de Kove (una de las carnes más buenas y caras del mundo) y mariscos como las patas de cangrejo real.

Mención a parte merecen los postres, una de mis grandes debilidades. Una de las cosas que más me gustó es que los postres se preparaban allí mismo, veías a los maestros reposteros haciendo cupcakes o rellenando los vasitos con cremas y mousse, una delicia. No sabíamos por donde empezar, bueno mi hermana Noemi lo tenía muy claro, las manzanas cubierta de caramelo son su pasión. Aquí si que nos deleitamos, lo probamos todo y repetimos más de una vez. Para terminar, un buen helado, que aunque dicen que es digestivo, con todos los toppings que le metimos era más bien una bomba calórica.

Como podéis ver Las Vegas es un sitio increíble en donde poder perderse un par de días y disfrutar de sitios tan estupendos como estos. Además puedes deleitarte comiendo en algunos de los restaurantes de los mejores chef del mundo como Tom Colicchio (conocido por se juez en Top Chef), Gordon Ramsay o Joel Robouchon (entre los tres suman infinidad de estrellas Michelin)

Además, puedes comer de todo y a cualquier hora. Es increíble la cantidad de restaurantes y puestos de comida que te encontrabas a cada paso, y como digo, tenían una gran variedad donde elegir. Yo, por supuesto, me decantaba por los dulces, como ya he dicho, son mi debilidad y para colmo por todas partes encontrabas cupcakes de miles de sabores, manzanas recubiertas de caramelo, chocolates, macarons. ¿Qué más se puede pedir?

De las Vegas pusimos rumbo al Gran Cañón, pero antes hicimos un breve recorrido por la mítica ruta 66 y pasamos por varios pueblos dedicados en su mayoría a los turistas que atraen cada año esta típica ruta tan apreciada por los motoristas.

En uno de estos pueblecitos, concretamente en Kingman, junto a la la mítica locomotora Santa Fe, comimos en otro típico restaurante americano ambientado en los cincuenta, Mr. Dz´s. No estuvo mal, pero habiendo comido en el Peggy Sue´s, éste no nos pareció tan bueno, pero merece una visita aunque sólo sea para tomarte un delicioso batido.

Después de la ruta 66 pasamos unos días visitando algunos de los parques naturales más increíbles que he visto. Comenzamos por el Gran Cañón y nos dejó impactados. La grandeza del lugar, el colorido de los valles y montañas, la luz del sol al atardecer. No sé con que quedarme.

Continuamos visitando Horshoe Bend y Antilope Canyon. Para mí éste último ha sido uno de los lugares más bonitos que he visto en mi vida.

  

Estuvimos en una reserva india para visitar el conocidísimo Monument Valley y si por el nombre no lo reconocéis seguro que viendo estas fotos  caeréis en la cuenta de que lo habéis visto en infinidad de películas.

Lo siguiente que visitamos fue The Mexican Hat, Arches National Park, conocido por los impresionantes arcos que se han ido formando en las rocas debido a la erosión, y el Dead Horse Point, un impresionante meandro por el que discurre el río Colorado.

Continuamos nuestro camino hacia el norte y paramos en un típico bar de carretera para comer algo, lo que se reduce a sandwiches, hamburguesas y pollo frito (la típica dieta americana)

Nuestra última parada del día sería en la ciudad mormona de Salt Lake City. La capital del estado de Utha es conocida, entre otras cosas, porque allí se celebraron los Juegos Olímpicos de invierno del 2002 y por ser sede de la comunidad mormona. 

Por fin llegamos a uno de los platos fuertes del viaje, el parque nacional Yellowstone. Considerado el parque nacional más antiguo del mundo. Es famoso por su fauna (bisontes, osos, lobos, alces, ...) y sus fenómenos geotérmicos.

De vuelta hacia San Francisco hicimos varias paradas, entre ellas paramos para comer en un encantador pueblecito llamado Jackson Hole en donde encontramos una tienda de chucherías que haría entrar en coma a un diabético.

Hicimos otras dos paradas antes de legar a San Francisco. En primer lugar paramos en el enorme lago salado de salt Lake City, en donde se ha batido el récord de velocidad. Aquí volvimos a jugar con los efectos ópticos que se producen en los salares. Nuestra última parada del día fue Reno, otra ciudad dedicada a los casinos en la que tuvimos la suerte de ver una exposición de coches antiguos.

Por fin llegamos a San Francisco y aquí pasamos un par de días pasando u considerable frío y más teniendo en cuenta que estábamos en pleno agosto.

En el pier 39 probamos uno de los más típicos platos de San Francisco, el crab chowder, o lo que es lo mismo, crema de cangrejo. Estaba deliciosa.

Además, muy cerca de aquí estuvimos en la mítica chocolatería Guirardelli, la segunda compañía de chocolates más antigua de estados Unidos y que hoy en día perteneciente a Lindt.

Continuamos por el Parque Nacional de Yosemite. Este parque es visitado por sus acantilados de granito, los saltos de agua, los ríos cristalinos y los impresionantes paisajes que te puedes encontrar conduciendo por la Tioga Road.

Muy cerca de aquí encontramos otros dos parques nacionales en los que las protagonistas son las sequoyas gigantes, el Mariposa Grove y el Sequoya National Park. En este último pudimos ver el conocido como General Sherman, una impresionante sequoya de unos 2200 años de antigüedad. Mide unos 83 metros de altura y 31 metros de perímetro. Es majestuoso.

Y para terminar este recorrido por la costa oeste americana, nos dirigimos por la costa hasta llegar a Los Ángeles, la meca del cine. Después de todo lo visitado he de decir que esta ciudad me ha dejado algo indiferente ya que esperaba mucho más. Al igual que Nueva York, la ciudad tiene infinidad de rincones reconocibles por las miles de películas que se han rodado en ellas, pero ni mucho menos me gustó tanto como la gran manzana. Para mí es una ciudad de paso, como punto y final de un viaje estupendo no estuvo mal.

Aquí pude disfrutar un poco más de las tiendas especializadas en artículos de cocina con la famosísima William Somona y Magnolia Backery.

Nuestro último día completo en Los Ángeles lo pasamos en el parque de los estudios Universal. Un día en el que disfrutamos incluso más que los niños que nos rodeaban. Pasamos calor, terminamos empapados de arriba a abajo, con un dolor de pies que ni te imaginas, pero mañana mismo volvería a repetirlo con los ojos cerrados.

Esta noche la pasamos en el Universal City Walk. Justo a las puertas de parque se encuentra esta animada calle en la que hay actuaciones en directo, tiendas y restaurantes tan conocidos como el Hard Rock Café, el Bubba gump y el Tony Roma´s.

Finalmente volvíamos a España por lo que antes de coger el avión de vuelta nos dimos un paseo por el mundialmente conocido Paseo de la Fama. Aquí puedes encontrar las estrellas de los actores, directores o músicos que siempre has admirado. Como colofón y para despedirnos de la ciudad, subimos hasta el Observatorio Griffith desde donde hay las mejores vistas para hacerte una idea de lo inmensa que es la ciudad de Los Ángeles.

Bueno, para ser un resumen no está mal, verdad?. Mi marido por fin se ha decidido a crear un blog para    recoger en él nuestras aventuras por el mundo (ya os he dicho que nos apasiona viajar, no?) Si se os apetece saber algo más sobre nuestros viajes aquí os dejo el nombre del blog, Siempre juntos por el mundo, espero que os hagáis seguidores, ya sabéis que un blog se alimenta de vuestras visitas y comentarios. 

Hasta la próxima publicación.