Parkin Cake y la quedada bloguera.

En cuanto vi esta receta tan británica el en blog de Las recetas de tía Alía supe que tenía que probarlo. Este bizcocho con avena, sin huevo y con un intenso aroma a especias no lo había probado en mi vida y las fotos que Carmen publicó, además de la historia del origen de esta receta me llamaron poderosamente la atención. Comprobé la lista de ingredientes para ver lo que me hacía falta me fui al supermercado para comprar melaza y a ver si conseguía mixed spice (una mezcla especial que especias). 

Esto último no hubo manera de conseguirlo por lo que investigué un poco y preparé mi propia mezcla de especias: cuatro cucharaditas de canela, dos de jengibre molido, una de clavo y media de nuez moscada. 

Ya lo tenía todo, ahora faltaba encontrar la ocasión para hacerlo y ésta llegó en forma de regalo para la quedada bloguera que se celebró el pasado viernes. Ya tenía la excusa perfecta para encender el horno e inundar la casa con estos exóticos aromas a especias.

Ingredientes

• 120 g de copos de avena
• 240 ml de leche
• 55 g de mantequilla
• 170 g de miel
• 170 g de melaza
• 240 g de harina de trigo
• 115 g de azúcar moreno
• 2 cucharaditas de levadura
• 1 cucharadita de mixed spice

Debemos de mezclar la avena con la leche y dejarla reposar un par de horas en la nevera para que se empape bien. Yo la dejé toda la noche. Pasado este tiempo le añadimos la miel, la melaza y la mantequilla derretida y lo mezclamos bien.

Por otro lado tamizamos la harina, la levadura y la cucharadita de nuestra mixed spice casera y lo mezclamos con el azúcar moreno.

Unimos los ingredientes húmedo con los secos y los pasamos a un molde. En mi caso, como era para hacer dos regalos, dividí la mezcla en dos moldes pequeños.

Cocinamos nuestra mezcla en el horno previamente pre calentado a 180º durante unos 30 minutos (si lo hacemos todo en un único molde probablemente necesitemos algo más de tiempo por lo que debemos pinchar el bizcocho para comprobar que está completamente hecho)

No os podéis imaginar el aroma que inundó mi cocina mientras estos deliciosos bizcochos se horneaban. Como los dos bizcochos eran para regalar tuve que ingeniármelas para esconderlos y así evitar que mi marido se lanzara a probarlo.

Por lo que he leído, este bizcocho es mejor degustarlo cuatro o cinco días después de su preparación ya que, debido al reposo,los sabores y la textura cambian con el tiempo hasta que se asientan. La mejor manera de conservarlo hasta entonces (si eres capaz de resistir la tentación) en dentro de una lata metálica.

Como os he comentado, esta receta la preparé para llevarla como regalo en la quedada bloggera que se celebró en Las Palmas el pasado viernes.

Antes de nada quiero agradecer a Laura (Sano y de rechupete), Teresa (La cocina de Tesa) Irmina (El zurrón de los postres) e Iván (La cocina de un solitario) el tomarse la molestia de organizar esta quedada. Me ha encantado conocer a gente con la que comparto esta afición por la cocina y con las que ido intercambiando comentarios desde hace bastante tiempo. A la cena se unieron Oli (Entre barrancos) y Nieves (Mis ratos en la cocina) que junto a su marido, una amiga y mi marido completaron una mesa en la que disfrutamos de la buena comida y la compañía.

La cena se celebró en el Restaurante Molinet, en el mismo Paseo de Las Canteras con un menú cerrado en el que los organizadores tuvieron el detalle de poner el postre. No hubo mejor manera de terminar la noche con con las exquisiteces con las que nos obsequiaron.

Iván preparó un delicioso bizcocho con masa madre y tuve la suerte de llevarme un bote con masa madre para hacerlo en casa. Laura llevó unos biscotti de naranja y avellanas que nos dejaron sorprendidos (mi marido ya me ha pedido que se los haga). Irmina llevó unos polvorones con regaliz y unos praliné de gofio impresionantes y Teresa hizo un brownie con caramelo y nueces para chuparse los dedos (literalmente)

Además de agasajarnos con todas estas exquisiteces, Irmina tuvo el detalle de sortear unos productos de la marca Lekué. La verdad es que al ir con mi marido jugaba con algo de ventaja y parece que la suerte nos acompañó porque nos llevamos dos regalos de esta conocida marca, una tapa de silicona perfecta para conservar los alimentos y el ovo, un molde para cocinar el huevo en el microondas (una chulada)

Como podéis ver llegamos a casa con las manos llenas y el corazón contento. Pasamos una noche fantástica en muy buena compañía. Tanto que a todo se nos pasó el tiempo volando mientras conversábamos y ni nos acordamos de sacar las cámaras de fotos. Menos mal que al final conseguimos inmortalizar el momento. Gracias por todo y espero que esta experiencia se repita más a menudo.