Garbanzada canaria

Hace un frío que pela. Ya se que no hay comparación con la península pero si estamos en casa a catorce grados, sin calefacción y con una humedad que cala los huesos no me diréis que no se apetece un plato contundente, de esos que reaviva a un muerto. Pues para eso tenemos una deliciosa garbanzada al estilo de mi casa. 

Como cada receta tradicional, en cada casa se cocina de manera distinta por lo que yo os voy a enseñar la garbanzada que siempre se ha hecho en mi casa, la que  mi abuela le enseñó a mi madre y ella a mí. A nosotros nos encanta y espero que a vosotros también. Aquí van los ingredientes.

La noche anterior ponemos los garbanzos a remojo. Ponemos un olla rápida con agua a hervir (un poco más de la cantidad necesaria para cubrir los ingredientes) Una vez rompa a hervir le añadimos los garbanzos escurridos, la carne y el jamón troceados en cuadraditos y el chorizo en lonchas junto con una hoja de laurel. Ponemos un poco de sal (ojo que el jamón ya sala) y cerramos la olla para que se guise su contenido (más o menos media hora desde que comience a soltar vapor)

Mientras se guisan los garbanzos preparamos una buena fritura. En una sartén ponemos un buen chorrito de aceite de oliva y freímos la cebolla, los ajos, el pimiento y los tomates, todo bien triturado. Salpimentamos y le añadimos el laurel, el tomillo, las pimientas bien picadas, el pimentón y el colorante. 

Picamos el bacon en trocitos pequeños y lo incorporamos a la fritura. Una vez esté bien hecha le añadimos medio vaso de vino y dejamos que el alcohol se evapore. Abrimos la olla a presión y desgrasamos el caldo. Le añadimos la fritura y la ponemos a fuego medio hasta que hierva. Lo retiramos del fuego y lo dejamos reposar un par de horas antes de comer esta deliciosa garbanzada. Como decía mi abuela, los platos de cuchara hay que hacerlos temprano para que reposen ya que así están mucho más buenos.

Como podéis comprobar a nosotros nos gusta bien espesita, pero si la queréis con más caldo sólo hay que añadir más agua a la hora de cocer los garbanzos. Ya tenemos nuestro plato listo, no queda más que servirla con un vaso de vino para entrar en calor y una barra de pan para no limpiar el plato.