Pollo con tomillo, ajo y limón con papas especiadas

Este domingo se nos apetecía pasar el día en casa, uno de esos días que no sales del sofá salvo casos extremos de necesidad. Miré en el congelador a ver qué tenía y apareció una bolsa de jamoncitos de pollo.  Aunque tenía el día vago se me apetecía hacer algo nuevo así que san google me llevó hasta la receta idónea. Si complicaciones y deliciosa, como a mí me gusta.

Una vez leí la receta en Gastronomía & Cía comprobé que tenía todos los ingredientes y me dispuse a preparar la receta. Yo os digo que es muy fácil de hacer y el resultado es espectacular, os lo recomiendo. 

Comenzamos con la receta del acompañamiento, unas ricas papas espaciadas. Aquí va la receta.

Precalentamos el horno a 200º con la función de ventilador. Lavamos bien las papas y las cortamos en gajos sin quitarles la piel. Mezclamos la miel y las especias con un buen chorretón de aceite y aderezamos las papas con esta mezcla. Las colocamos en una fuente apta para el horno y lo metemos en el horno más o menos media hora o hasta que veamos que se doran. Mientras tanto preparamos el pollo.

Comenzamos limpiando los jamoncitos y para ello le quitamos la piel y la posible grasa que tengan. En un bol mezclamos un buen chorro de aceite con una cucharada de tomillo y untamos los jamoncitos con este aceite. Los salpimentamos y los ponemos sobre otra bandeja de horno. Metemos la bandeja junto con la bandeja de las papas y dejamos que se vaya haciendo.

Mientras pelamos los ajos y cortamos un limón en cuartos. Una vez haya transcurrido unos quince minutos sacamos los jamoncitos del horno y le añadimos los dientes de ajo, los cuartos de limón y lo regamos con el zumo de otro limón. Introducimos de nuevo la bandeja en el horno y lo dejamos cocinar una media hora dándoles la vuelta de vez en cuando.

A la hora de servir he volcado los jamoncitos, los ajos y los limones en la bandeja de las papas especiadas y casi no ha dado tiempo a sacar las fotografías porque los olores que inundaban la casa no dejaban lugar a la pérdida de tiempo para almorzar. 

No me diréis que esta receta no es sencilla porque para decir que es deliciosa ya estoy yo. Al final terminamos casi peleando por ver cuántos había comido cada uno y por supuesto, mintiendo con bellacos, jajaja, escondíamos hasta los ajos, que estaban dorados, tiernos y deliciosos. Ya sabéis, si os da por pasar un domingo en casa procurad tener todos estos ingredientes en casa y ya veréis que no os darán ganas de salir para nada.