Bizcocho tres leches de chocolate

El bizcocho tres leches lo probé por primera vez en Mexico, hace catorce años y desde entonces lo hago de vez en cuando en casa. Es un bizcocho empapado en una mezcla de leche condensada, leche evaporada y leche entera, toda una tentación. Si a esto le añadimos el chocolate, la tentación se hace irresistible así que aquí va esta receta que saqué de una revista de Donna Hay.

Comenzamos haciendo la mezcla de las tres leches con la que emborracharemos el bizcocho y para ello ponemos en un cazo la leche condensada, la leche evaporada y la leche entera junto con los 200 gramos de chocolate y lo ponemos al fuego hasta conseguir que el chocolate se funda y todos los ingredientes se integren. Lo apartamos del fuego y lo dejamos enfriar.

Es el momento del bizcocho. Batimos la mantequilla a temperatura ambiente con el azúcar moreno y la vainilla un par de minutos y vamos incorporando los huevos de uno en uno mientras continuamos batiendo para que se integren completamente. Finalmente añadimos la harina y el cacao sin azúcar (cocoa) tamizados.

Pasamos la mezcla a un molde forrado con papel para horno y engrasado con un poco de mantequilla y lo llevamos al horno precalentado a 175º durante una hora aunque a media cocción lo cubriremos con papel de aluminio para evitar que se nos queme. Sacamos el bizcocho del horno una vez hemos comprobado con un palillo que está bien cocinado. Lo dejamos enfriar 10 minutos antes de desmoldar y pasarlo a una rejilla para que se enfríe completamente. Una vez frío, pasamos el bizcocho al recipiente donde lo vamos a servir. Tenemos que tener en cuenta que ha de tener algo de fondo para que no se nos desborde el líquido que suelta. Con ayuda de un cuchillo o una brocheta vamos haciendo agujeritos por toda la superficie de nuestro bizcocho hasta llegar al otro extremos, mientras más mejor, y vamos vertiendo la mezcla de las tres leches y el chocolate poco a poco (no lo haremos todo de golpe porque el bizcocho no lo puede absorber tan rápido) Una vez empapado lo llevaremos a la nevera un par de horas. Yo repetí este proceso de agujerear y emborrachar el bizcocho tres veces más y aun así no terminé con toda la crema así que la reservé para servir.

Para hacer la cobertura simplemente montamos la nata junto con la sour cream y aunque en la receta original no se le añade nada de azúcar a mí me pareció demasiado agria por lo que le añadí un par de cucharadas de azúcar para contrarrestar. Una vez que nuestro bizcocho esté bien borracho lo cubrimos con la nata montada y listo. Ya tenemos un postre pecaminosamente delicioso, probadlo y ya me contaréis.