Tarta de crema catalana (sin azúcar)

Septiembre es el mes en el que mi padre cumple años y como es diabético yo me encargo de hacer su tarta. Este año he hecho una deliciosa y sencilla tarta de crema catalana que adapté del fantástico blog de Davinia Cupcakelosophy. En los ingredientes pongo entre paréntesis lo que necesitaríamos en caso de no tener problemas con el azúcar.

Comenzamos preparando la base de nuestra tarta y para ello embadurnamos un molde (el mío es de 18cm) con un poco de mantequilla y lo forramos con papel de hornear. Trituramos las galletas con ayuda de una picadura o poniéndolas en una bolsa y machacándolas con un rodillo hasta deshacerlas. Derretimos la mantequilla en el microondas y la mezclamos con las galletas trituradas (a las galletas sin azúcar les añadí una cucharadita de canela en polvo) hasta conseguir una textura de arena húmeda.

Cubrimos el fondo del molde con las galletas y presionamos bien con una cuchara o con los dedos para que la base quede bien compacta. Llevamos el molde a la nevera y lo dejamos ahí hasta que tengamos listo el relleno. Ponemos las hojas de gelatina neutra a hidratar en un bol con agua fría. Separamos medio vaso de leche y reservamos.

Ponemos a calentar el resto de la leche con una rama de canela y la piel de un limón (sin la parte blanca porque amarga) y dejamos que llegue a hervir antes de retirarla del fuego. En un bol grande batimos las yemas con la tagatosa (o el azúcar). Retiramos la rama de canela y la cáscara de limón de la leche hervida y le añadimos las hojas de gelatina bien escurridas. Removemos hasta que se disuelvan del todo.

Añadimos un poco de la leche caliente a las yemas con el azúcar y batimos para que cojan la temperatura de la leche. Diluimos la maicena en el medio vaso de leche y se la añadimos a la mezcla de las yema. Lo vertemos todo en el cazo con el resto de la leche y lo llevamos de nuevo a calentar a fuego medio sin dejar de remover (para que no se nos pegue) hasta que espese.

Una vez que la mezcla haya espesado la vertemos en el molde que teníamos en la nevera con nuestra base de galletas y lo cubrimos. Dejamos que pierda la mayor parte del calor y lo metemos en la nevera un par de horas (mejor si lo dejamos toda la noche) Una vez haya cuajado el relleno lo destapamos y desmoldamos la tarta. Le espolvoreamos un poco de canela y listo. Una delicia para compartir.