Esta tarta reune dos de mis cosas favoritas, el chocolate y la masa de galleta. ¿Eres de las que no se puede resistir a comerse la masa de galletas sin hornear? Pues saca la libreta y apunta porque esta tarta se va a convertir en un vicio. Para prepararla vamos a necesitar:
Comenzamos preparando el bizcocho de chocolate y para ello mezclamos en el bol de la batidora todos los ingredientes secos. En otro bol batimos todos los ingredientes líquidos salvo el café caliente. Mezclamos los ingredientes secos con los humedos y batimos hasta que se integren todos. Por último incorporamos el café y removemos bien. Dividimos la masa en tres partes iguales y vertemos en tres moldes de 16cm engrasados con spray desmoldante. Los llevamos al horno precalentado a 175º y los cocinamos unos 30 minutos o hasta que al pinchar salga limpio. Dejamos atemperar diez minutos y desmoldamos sobre una rejilla para que se enfríen por completo.
Para hacer el relleno de masa de galletas batimos la mantequilla hasta que esté cremosa antes de añadirle el azúcar. Seguimos batiendo hasta que la mantequilla claree y quede esponjosa. Agregamos la harina lentamente mientras batimos a velocidad baja. Añadimos la leche y la vainilla y batimos a velocidad media hasta que se integren y quede una masa suave y esponjosa. Incorporamos las chispas de chocolate y mezclamos con una espátula.
Para montar la tarta ponemos una capa de bizcocho en un plato de presentación y lo cubrimos con una capa de masa de galletas. Cubrimos con otro bizcocho y otra capa de masa de galletas. Finalmente ponemos la última capa de bizcocho y cubrimos los laterales con el resto de la masa de galletas que nos ha quedado. Alisamos con ayuda de una espátula y llevamos a la nevera.
Mientras se enfría la tarta nos ponemos con el ganache de chocolate y para prepararlo picamos el chocolate y le añadimos la nata bien caliente. Removemos para que el chocolate se funda por completo (si queda algún grumo podemos terminar de fundirlo en unos segundos en el microondas) Dejamos que el chocolate pierda algo de temperatura antes de cubrir la parte superior de la tarta y dejar que gotee por los laterales.
Dejamos enfriar la tarta en la nevera al menos 5 horas, aunque yo prefiero dejarla de un día para otro (incluso dos días ya que los sabores se asientan y el sabor del chocolate se acentúa) Ya tenemos lista esta increíble tarta de la que me considero una adicta (adicción de la que no me quiero recuperar)
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